La Confesión

Prepárate para hacer una buena confesión

¿Qué es la confesión?

 

 La confesión es el sacramento en el cual, por medio de la absolución del sacerdote, recibimos el perdón de nuestros pecados si nos confesamos arrepentidos.

La sagrada Biblia dice: "Confesáos unos a otros vuestros pecados para que seais salvos".

 

¿Qué gracias o favores se obtienen

con la confesión?

 

 Con la confesión se obtienen tres gracias o favores especiales: 1) Nos devuelve o nos aumenta la gracia santificante: la amistad con Dios.

2) Nos da fuerzas especiales para evitar el pecado y rechazar las tentaciones.

3) Nos da asco y antipatía por todo lo que sea ofender a Dios.

 

¿Cuántas cosas son necesarias para

hacer una buena confesión?

 

 Para hacer una buena confesión son necesarias cinco cosas:

1) Un examen de conciencia

2) Arrepentirse de los pecados

3) Propósito de enmienda

4) Confesarse con el sacerdote

5) Cumplir la penitencia que impone el confesor.

 

¿Qué es el examen de conciencia?

 

 Examen de conciencia es recordar los pecado cometidos después de la última confesión bien hecha.

 "Cada uno examine su propia conducta, porque cada cual responderá por sus pecados ante Dios". (Gálatas 6,4)

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LOS 10 MANDAMIENTOS Y EL EXAMEN DE CONCIENCIA
Los 10 Mandamientos y Examen de Concienc
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Examen de Conciencia

¿Cómo debemos hacer el 
examen de conciencia?

 

EXÁMEN DE CONCIENCIA GENERAL

 

PRIMER MANDAMIENTO

 

1. ¿Has profanado objetos religiosos o consagrados a Dios, o cometido algún otro sacrilegio? -

2. ¿Han sido pequeñas irreverencias con cosas sagradas o en lugares sagrados? -

3. ¿Te has confesado sin arrepentimiento o sin propósito de la enmienda? (No está arrepentido ni tiene propósito de la enmienda quien al acercarse a confesar quiere volver a cometer el pecado; pero sí lo tiene el que teme volver a caer, aunque no quiera volver a pecar). -

4. ¿Te has callado voluntariamente algún pecado grave en la confesión? -

5. ¿No has tenido sinceridad procurando engañar al confesor en cosa importante relacionada con pecados graves? -

6. ¿Has confesado las circunstancias agravantes de los pecados graves? -

7. ¿Sientes tranquilidad de tu última confesión? -

8. ¿Has cumplido la penitencia? -

9. ¿Has comulgado a sabiendas en pecado grave? -

10. ¿Has recibido el Sacramento de la Confirmación o del Matrimonio en pecado grave? -

11. ¿Crees en supersticiones, v. gr.: BRUJAS, HORÓSCOPOS, NÚMERO 13, etc.? -

12. ¿Has consultado en serio adivinos? -

13. ¿Lees, tienes o prestas libros, revistas o escritos contra la Religión? -

14. ¿Eres decidido en destruir libros, revistas, postales, etc., contrarios a la fe o la moral? -

15. ¿Rezas de cuando en cuando? (Nadie debería acostarse sin rezar tres Avemarías a la Santísima Virgen, que son prenda de salvación eterna, y un Acto de Contrición, pidiendo perdón a Dios de todos sus pecados). -

16 ¿Te distraes voluntariamente al rezar? -

17. ¿Tu oración es una auténtica conversación -de mente y de corazón- con Dios, o es un puro rito exterior? -

18. ¿Has ofrecido a Dios tus trabajos, dolores y gozos?

19. ¿Procuras completar tu formación religiosa con lecturas, consultas, sermones, conferencias religiosas, etc.? -

20. ¿Crees lo que enseña la Iglesia Católica, o has sostenido ideas contrarias a ella? -

21. ¿Has negado o dudado voluntariamente de alguna verdad de fe? (No es lo mismo una duda admitida deliberadamente que una ocurrencia involuntaria). -

22. ¿Lo has manifestado a otros? -

23. ¿Evitas cuanto pueda dañar tu fe? -

24. ¿Has profesado siempre, con vigor y sin temores, tu fe en Dios? -

25. ¿Has manifestado tu condición de cristiano en la vida pública y privada? -

26. ¿Es tu vida un testimonio de fe ante los hombres? -

27. ¿Te has apoyado en la misericordia de Dios para cometer más pecados? -

28. ¿Te has animado a pecar pensando que ya te confesarás después? -

29. ¿Has acudido a Dios en las tentaciones? -

30. ¿Tienes desconfianza en Dios dudando de su Amor y Providencia? -

31. ¿Te has desesperado, o sublevado a sangre fría contra la Providencia de Dios? -

32. ¿Te has quejado de Dios, no aceptando tus sufrimientos? -

33. ¿Has desconfiado de Dios? -

34. ¿Has soportado son serenidad y paciencia los dolores y contrariedades de la vida? -

35. ¿Tienes obsesión por las cosas temporales y olvidas a Dios? -

36. ¿Has tardado mucho tiempo en confesarte después de haber pecado gravemente? -

37. ¿Obras en tus cosas con recta intención? -

38. ¿Has tenido respeto humano para las cosas de la Religión? -

39. ¿Has sido valiente para defender a la Iglesia siempre que ha sido posible y prudente hacerlo? -

40. ¿Perteneces a sociedades irreligiosas que maquinan contra la Iglesia? (La masonería es contraria a la doctrina católica y pecan gravemente los fieles que la profesan. Está prohibido que un católico se inscriba en la masonería, y el que lo haga está en pecado grave y no puede acercarse a la comunión, porque «es un afiliación incompatible con la fe católica». «Los fieles que profesan la doctrina marxista y anticristiana de los comunistas, y, sobre todo, aquellos que la defienden y propagan, incurren de pleno derecho, como apóstatas de la fe católica»). -

41.¿Has asistido a alguna sesión de espiritismo? (La Iglesia prohíbe asistir a sesiones de espiritismo ni siquiera por curiosidad).

 

SEGUNDO MANDAMIENTO

 

1. ¿Has jurado en falso? -

2. ¿Has jurado con duda de la verdad de lo que jurabas?

3. ¿Has jurado con verdad, pero sin necesidad y por costumbre? -

4. ¿Has jurado hacer algo malo, como vengarse, etc.? -

5. ¿Has blasfemado a conciencia contra Dios, la Virgen o cosas santas? -

6. ¿Delante de otros? -

7. ¿Has dicho palabras irreverentes de Dios, la Hostia, la Virgen o los Santos? -

8. ¿Has dicho chistes irreligiosos o ridiculizando cosas de la Religión? -

9. ¿Has tenido respeto humano en mostrar tu catolicismo? -

10. ¿Has hablado mal de la Iglesia, o de cosas santas? -

11. ¿Has criticado, sin fundamento y sin razón, a los sacerdotes? -

12. ¿Has hablado o propagado algo contra la Religión? -

13. ¿Te has burlado de las personas buenas, por el hecho de ser buenas? -

14. ¿Has faltado al respeto debido en el templo? -

15. ¿Has cumplido, pudiendo, los votos y las promesas hechas a Dios? (Si tienes pendiente algo de esto, que te cuesta cumplir, díselo al confesor, por si conviene cambiarte la obligación).

 

 TERCER MANDAMIENTO

 

1. ¿Has dejado de ir a Misa algún domingo o fiesta de precepto pudiendo ir?

2. ¿Has llegado tarde y te has quedado sin oír Misa entera sin motivo suficiente? (Cumple con el precepto de oír Misa quien llega al Credo; pero se debe llegar antes de salir el sacerdote al altar). -

3. ¿Te has distraído voluntariamente durante la Misa o cometido durante ella alguna irreverencia? -

4. ¿Has dejado el Cumplimiento Pascual?

5. ¿Frecuentas la Sagrada Comunión, según tus posibilidades? -

6. ¿Has sido causa de que otros no vayan a Misa o trabajen sin necesidad? -

7. ¿Dedicas alguna parte de tu tiempo libre en bien de los demás en obras de caridad o apostolado?

 

CUARTO MANDAMIENTO

 

a) Hijos.

1. ¿Has contribuido en el seno de tu familia a la alegría de los demás y al buen ambiente familiar, con tu paciencia y verdadero amor? -

2. ¿Eres culpable de que se rompa la paz y la unidad en la familia? -

3. ¿Colaboras en las necesidades comunes? -

4. ¿Eres en tu casa un tormento para los demás? -

5. ¿Has desobedecido a tus padres? -

6. ¿Te has burlado de ellos? -

7. ¿Los respetas? -

8. ¿Les has respondido con aspereza? -

9. ¿Los has entristecido con tu conducta? -

10. ¿Les has negado la palabra? -

11. ¿Los has insultado? -

12. ¿Los has despreciado? -

13. ¿Los has maltratado? -

14. ¿Los has amenazado? -

15. ¿Les has deseado algún mal? -

16. ¿Los tratas cariñosamente? -

17. ¿Les has hecho llorar? -

18. ¿Has procurado atender sus deseos razonables sobre diversiones, amistades, noviazgos, porvenir y elección de estado? (Los menores de edad tienen obligación grave de no mentir a sus padres acerca de sus lecturas, diversiones, gastos, amistades, etc., pues esto es necesario para que los padres, puedan cumplir la obligación grave que tienen de educar a sus hijos) -

19. ¿Te has avergonzado de ellos públicamente porque son pobres, ignorantes o ancianos? -

20. ¿Los has tratado con dureza o brusquedad? -

21. ¿Les das disgustos? -

22. ¿Les ayudas en todo lo que puedas? -

23. ¿Los has socorrido en sus necesidades, tanto materiales como espirituales (Uno de los mayores pecados de los hijos para con sus padres es no facilitarles a tiempo el que reciban los Últimos Sacramentos) . -

24. ¿Atiendes a tus padres lo que debes con lo que ganas? -

25. Si han muerto, ¿te acuerdas de rezar por ellos y ofrecerles alguna misa? -

26. ¿Has obedecido y respetado a tus superiores? -

27. ¿Tienes indisciplina y rebeldía? -

28. ¿Cumples tus obligaciones?

 

b) Hermanos.

1. ¿Has tratado bien a tus hermanos? -

2. ¿Has reñido con ellos? -

3. ¿Los has maltratado? -

4. ¿Les niegas el habla prolongadamente? -

5. ¿Habéis hecho ya las paces? -

6. ¿Les tienes envidia? -

7. ¿Les das mal ejemplo? -

8. ¿Has sido causa de que aprendan a contestar a tus padres, o a desobedecer, o los has escandalizado en algo? -

9. ¿Has descubierto sus faltas graves a tus padres para que los corrijan, a no ser que haya otro medio más eficaz? -

10. ¿Ayudas materialmente a tus hermanos si ellos lo necesitan y tú puedes hacerlo?

 

c) Padres.

1. ¿Educas convenientemente a tus hijos en religión y en buenas costumbres? -

2. ¿Los alimentas, vistes atiendes a su salud y desarrollo físico,e instruyes en religión y cultura? -

3. ¿Corriges con cólera o injustamente a tus hijos? -

4. ¿Los corriges y castigas según merece la falta? -

5. ¿Tratas cariñosamente a tus hijos? -

6. ¿Los has maldecido o deseado algún mal? -

7. ¿Los maltratas o tienes atemorizados? -

8. ¿Los tienes mimados y consentidos, y no sabes oponerte a sus caprichos? -

9. ¿Les ríes sus faltas y desvergüenzas? -

10. ¿Sabes imponer tu autoridad rectamente respetando su personalidad? -

11. ¿Los dejas andar ociosos y vagos? -

12. ¿Sabes encontrar el equilibrio entre el ejercicio de tu autoridad y el respeto a los gustos e ideas razonables de tus hijos? -

13. ¿Eres tolerante con sus pecados? -

14. ¿Les das buen ejemplo en palabras y obras? -

15. ¿Hablas delante de tus hijos de cosas que les pueden hacer daño espiritual? -

16. ¿Les das buenos consejos para que no peligre su fe y su moral? -

17. ¿Les evitas los peligros de pecar? («Niños y niñas no deben dormir juntos a partir de los cinco años. -

18. ¿Vigilas sus diversiones, amistades, lecturas y programas de televisión? -

19 . ¿Cuidas de que en tu casa no entren revistas que puedan hacer daño espiritual a tus hijos? -

20. ¿Permites que tus hijas lleven vestidos indecentes o se entreguen a diversiones peligrosas, como bailes deshonestos, novios para pasar el rato, etc.? -

21. Si tienen novio formal, ¿tomas las debidas precauciones para que en todo se porten como Dios manda? -

22. ¿Ayudas a tus hijos para que logren un estado de vida acomodado a su condición? -

23. ¿Tienes preferencias injustificadas, o has perjudicado a tus hijos injustamente en la herencia que les corresponde? -

24. ¿Has violentado a tus hijos en la elección de estado o prohibido que se consagren a Dios?.-

25.¿Inculcas a tus hijos rectitud en el proceder, fidelidad al deber y espíritu de trabajo? -

26. ¿Tienes arreglado tu testamento de modo que si faltas inesperadamente no haya conflictos?. -

27. ¿Te has asesorado por personas competentes y honestas para que tu testamento esté de acuerdo con tus principios cristianos, y su redacción no cause problemas y conflictos a tus herederos? (El testamento debe redactarse a tiempo, con plenitud de facultades. Por ejemplo, ya. Más vale antes que tarde).

 

d) Esposos.

1. ¿Tratas cariñosa y amablemente a tu cónyuge? -

2. ¿Le ahorras trabajos innecesarios? -

3. ¿Le has maltratado? -

4. ¿Os insultáis, reñís, etc.? -

5. ¿Tratáis en común vuestros problemas, educación de los hijos, etc.? -

6. ¿Charláis con confianza y lucháis juntos para llevar adelante vuestro hogar? -

7. ¿Quitas la libertad a tu cónyuge para lo bueno y lo lícito? -

8. Si le tienes que corregir, ¿lo haces con cariño? -

9. ¿Tienes con tu cónyuge malos modos? -

10. ¿Le has desautorizado delante de tus hijos? -

11. ¿Le apoyas para que pueda desempeñar cristianamente sus funciones con vuestros hijos? -

12. ¿Tienes celos infundados? -

13. ¿Por despiste pones a tu cónyuge en peligro de infidelidad? -

14. ¿Le vigilas tanto que pareces un policía? -

15. ¿Le das disgustos sin motivo? -

16. Si eres marido, ¿das a tu mujer lo suficiente para los gastos de la familia? -

17. ¿Malgastas el dinero en vanidades o vicios? -

18. En el acto matrimonial, ¿te dejas llevar del egoísmo o el hedonismo? -

19. ¿ Practicas el acto conyugal con verdadero amor? -

20. ¿Tienes cuidado de no usar del matrimonio con escándalo de los hijos o de otros? (Los niños deben abandonar el dormitorio de sus padres al cumplir los dos años. -

21. ¿Faltas a la fidelidad conyugal en obras o en deseos? -

22. ¿Usas rectamente del matrimonio? (Si en esto tienes dudas, consulta con un sacerdote que sea de tu confianza).

 

e) Todos.

1. ¿Pudiste hacer bien a otros y no lo hiciste? -

2. ¿Te portas con los demás como quieres que los demás se porten contigo? -

3. ¿Cumples a conciencia tus obligaciones profesionales? -

4. ¿Eres egoísta, olvidándote de los derechos o necesidades del prójimo, cuando entran por medio tus intereses? -

5. ¿Cumples tu obligación de cristiano de propagar y aumentar la fe de los que te rodean? -

6. ¿Recomiendas y regalas libros religiosos que te hayan hecho bien espiritual a ti y pueden hacérselo a otros? -

7. ¿Te sacrificas por los demás? -

8. ¿Procuras hacer el bien que puedes a tu alrededor? -

9. ¿Has denunciado a los malhechores para evitar que sigan haciendo daño? -

10. ¿Has cometido alguna injusticia? -

11. ¿Algún negocio sucio? -

12. ¿Obedeces las leyes justas? -

13. ¿Pagas los impuestos justos? -

14. ¿Votas a candidatos políticos que actuarán contra la Iglesia? -

15. ¿Te abstienes en las votaciones políticas dejando así que ganen los que van contra la Iglesia? -

16. ¿Has hablado de las autoridades con el respeto debido, reconociendo que el ejercicio del poder es cosa compleja y difícil, y que también los hombres honrados son capaces de error, o te has dejado llevar de críticas injustas, o simplemente inoportunas, que destruyen en lugar de construir? -

17. ¿Te portas en todo como ciudadano ejemplar, como corresponde a un buen católico? -

18. ¿Contribuyes según tus posibilidades al bien común y prosperidad de tu Patria? -

19. ¿Aceptas con humildad las reprensiones o consejos razonables que recibas? -

20. ¿Has despreciado injusta y conscientemente la autoridad de un superior legítimo?

 

 QUINTO MANDAMIENTO.

 

1. ¿Has asesinado a alguien? -

2. Has procurado el aborto? -

3. ¿Se ha producido? -

4. ¿Has cooperado a él? -

5. ¿Has intentado suicidarte? -

6. ¿Has incitado directamente a otros, al suicidio, al aborto, o a algún crimen? -

7. ¿Has cumplido la obligación de denunciar a los malhechores para el bien de la sociedad? -

8. ¿Has puesto en peligro tu vida sin necesidad? -

9. ¿Has puesto en peligro tu vida o la de otros faltando al código de circulación; por ejemplo: adelantando sin visibilidad, deslumbrando con los faros, yendo en bicicleta de noche y sin luz, cruzando la calle sin mirar antes si viene algún coche, etc.? -

10. ¿Has herido o golpeado a otra persona sin motivo razonable? -

11. ¿Has insultado a otros? -

12. ¿Has injuriado o maldecido? -

13. ¿Tienes odio o rencor a alguien? -

14. ¿Es odio a muerte? -

15. ¿Niegas el saludo o el habla a alguna persona sin causa razonable o demasiado tiempo? -

16. ¿Deseas en serio males graves para otra persona? -

17. ¿Te has vengado o deseado vengarte? -

18. ¿Te has entristecido de su prosperidad o alegrado de su desgracia? -

19. ¿Has maldecido a otros? -

20. ¿Has sido causa de riñas o enemistades? -

21. ¿Fomentas antipatías? -

22. ¿Tienes paciencia con las flaquezas del prójimo? -

23. ¿Te dejas llevar de la vanidad y de la vanagloria? -

24. ¿Te has alegrado del mal ajeno o pesado de su bien? -

25. ¿Te has negado a perdonar y a hacer las paces? -

 

26. Si has ofendido a alguien, ¿le has dado satisfacción explícita o tácitamente? -

27. Si alguien te ha injuriado, ¿muestras disposición a la paz y a conceder, por el amor de Cristo, el perdón; o mantienes odios y deseos de venganza? -

28. ¿Tienes mal genio y riñes sin motivo? -

29. ¿Riñes frecuentemente con los de tu familia? -

30. ¿Tardas en reconciliarte? -

31. ¿Desprecias a los demás? -

32. ¿Dominas tu mal genio? -

33. ¿Te enfadas con facilidad? -

34. ¿Tratas al prójimo con altanería? -

35. ¿Te has burlado de otros ridiculizándolos y faltando a la caridad? -

36. ¿Has dado a alguien un disgusto grave, sin razón que lo justifique? -

37. ¿Has despreciado a tus prójimos, sobre todo a los pobres, débiles, ancianos, extranjeros y hombres de otras razas? -

38. ¿Has impuesto tu voluntad a los demás en contra de su libertad y derechos? -

39. ¿Abusas de tus hermanos usándolos para tus fines, o portándote con ellos como no quisieras que se portasen contigo? -

40. ¿Molestas con tus burlas o bromas pesadas? -

41. ¿Eres amable y servicial? -

42. ¿Te preocupas del bien del prójimo avisándole del peligro material o espiritual como pide la caridad cristiana? -

43. ¿Haces el apostolado que puedes conforme a tu vocación cristiana? -

44. ¿Tratas a los demás con caridad cristiana? -

45. ¿Te has drogado? -

46. ¿Te has embriagado hasta perder la razón? -

47. ¿Has bebido de manera que, por haberte alegrado demasiado, has cometido pecados que no hubieras cometido sin beber? -

48. ¿Has dado bebidas con malos fines? -

49. ¿Gastas demasiado en bebidas o manjares exquisitos? -

50. ¿Has dado mal ejemplo? -

51. ¿Ha sido en algo grave que haya inducido a otros a pecado? -

52. ¿Has escandalizado a otros enseñándoles o incitándoles a pecar gravemente? -

53. ¿Has sido causa consciente y voluntaria de pecados graves de otros, pudiendo y debiendo haberlo evitado? -

54. ¿Les has dado fotografías, libros, revistas, periódicos malos? -

55. ¿Has dejado de mirar por el bien ajeno, pudiendo fácilmente evitar daño? -

56. ¿Te sacrificas por el bien de los demás? -

57. ¿Eres egoísta y piensas sólo en ti? -

58. ¿Te interesas por los que te rodean? -

59. ¿Has cumplido tu obligación de denunciar a los malhechores? -

60. ¿Has dado disgustos sin causa? -

61. ¿Ayudas a los necesitados según tus posibilidades? -

62. ¿Participas en las obras de apostolado y de caridad de la Iglesia y en la vida de tu Parroquia? -

63. ¿Has orado por la unidad de la Iglesia, la evangelización de los pueblos, la realización de la paz y de la justicia? -

64. ¿Te preocupas de acercar a Dios a los demás dando consejos, recomendando libros y revistas religiosas que te han hecho bien, y sobre todo con el ejemplo de tu vida?

 

 SEXTO Y NOVENO MANDAMIENTOS.

 

1. ¿Has cometido alguna acción gravemente deshonesta? -

2. ¿A solas? -

3. ¿Con otra persona? -

4. ¿De qué clase: soltera, casada, pariente, o del mismo sexo? -

5. ¿Ha sido sólo tocando o has llegado hasta lo último? -

6. En este caso, ¿la consecuencia ha sido un embarazo? (Esto trae consigo ciertas obligaciones graves que debes preguntar al confesor). - 7. ¿Te has puesto voluntariamente en peligro próximo de pecar gravemente, o no lo has evitado pudiendo y debiendo hacerlo? -

8. ¿Te has rozado con alguna cosa o persona con intención deshonesta? -

9. ¿Has bailado con intención deshonesta? -

10. ¿Has tenido tactos deshonestos por impulsos de lujuria? -

11. ¿Has besado o abrazado con deseo deshonesto? -

12. ¿Has buscado conscientemente provocarte una excitación carnal? -

13. ¿Te has puesto en peligro grave, voluntariamente y sin causa que lo justifique, de provocarte movimientos voluptuosos y de consentir en ellos? -

14. ¿Procuras rechazar desde el principio las tentaciones deshonestas? -

15. ¿Has hecho gestos deshonestos? -

16. ¿Has dicho palabras groseras y malsonantes? -

17. ¿Has tenido conversaciones obscenas, contado chistes verdes o cantado canciones deshonestas? -

18. ¿Has fomentado estas conversaciones? -

19. ¿Oyes cosas gravemente deshonestas, complaciéndote voluntariamente? -

20. ¿Has leído, escrito o dibujado, por gusto, sin razón que lo justifique, cosas gravemente deshonestas? -

21. ¿Tienes libros, revistas, fotografías, grabados inmorales? -

22. ¿Los has prestado? -

23. ¿Has seguido leyendo un libro después de advertir que era un peligro para tu alma? -

24. ¿Has mirado con intención deshonesta? (No es lo mismo mirar detenida y voluntariamente, que ver sin querer, de paso y sin fijarse, o por necesidad) -

25.¿Has ido a espectáculos gravemente deshonestos? -

26. ¿Has asistido a diversiones inmorales que son para ti ocasión próxima de pecado?

27. ¿Cooperas o encubres acciones deshonestas? -

28. ¿Tienes relaciones amorosas por pasatiempo, sin ánimo de casarte? -

29. En el noviazgo, ¿te portas con seriedad y sabes guardar la moderación debida en las manifestaciones de amor, evitando el peligro de pecar? -

30. ¿Procuras conocer el carácter, modo de ser, defectos y virtudes de tu novio (o novia), para enamorarte más del alma que del cuerpo?

31. ¿Le engañas o impides que te conozca a ti como realmente eres? -

32. ¿Procuras corregirte de tus defectos para hacerte más digno de su amor? -

33. ¿Procuras ayudarle espiritualmente, o eres para él (o ella) un tormento y una tentación? -

34. ¿Sabes sacrificarte para atender a sus gustos razonables? -

35. ¿Le guardas la misma fidelidad que te gusta te guarte a ti? -

36. ¿En vuestras expresiones cariñosas, pierdes el control y haces lo que es derecho exclusivo de casados? (El funcionamiento voluntario del aparato genital, es sólo lícito dentro del matrimonio). -

37. ¿Tienes en cuenta los consejos razonables de tus padres sobre tu noviazgo? -

38. ¿Procuras ganarte su familia y que la tuya también le acepten?. -

39. ¿Tienes amistades que son ocasión habitual de pecado? -

40. ¿Estás en disposición de dejarlas? -

41. ¿Evitas las ocasiones de pecar? -

42. ¿Te has puesto voluntariamente en peligro de pecar? -

43. ¿Vas a sitios de perdición? -

44. ¿Llevas a otros? -

45. ¿Has tenido deseos deshonestos consentidos deliberadamente, aunque no los hayas ejecutado? -

46. ¿Era una persona casada o que por alguna circunstancia tenga gravedad especial ? (Pariente, del mismo sexo, etc.). -

47. ¿Has tenido pensamientos deshonestos deleitándote voluntariamente en ellos? (No es lo mismo sentir malos deseos y tener malos pensamientos, que consentir deleitándose voluntariamente en ellos). -

48. ¿Has codiciado deshonestamente y con deliberación a otra persona que no es tu cónyuge?

 

SÉPTIMO Y DÉCIMO MANDAMIENTOS.

 

1. ¿Te has apropiado de algo que no sea tuyo? -

2. ¿Ha sido con violencia, o a persona pobre, o en lugar sagrado, o con cualquiera otra circunstancia agravante? -

3. ¿Has intentado o deseado robar al prójimo, o hacerle daño en sus bienes, o lo has aconsejado? -

4. ¿Has cooperado al robo en alguna forma, aconsejando, ayudando, encubriendo, etc.? -

5. ¿Has devuelto lo encontrado, si sabes de quién es? -

6. Si no lo sabes, ¿has procurado averiguarlo con diligencia proporcionada a la importancia de la cosa? -

7. ¿Has devuelto las cosas prestadas? -

8. ¿Has hecho daño grave voluntariamente a otros en sus bienes? -

9. ¿Has cooperado a sabiendas al daño del prójimo? -

10. ¿Has sido cómplice o has encubierto alguna injusticia? -

11. ¿Has rehusado, por egoísmo, presentarte como testigo de la inocencia de alguien? -

12. ¿Has cumplido los legados y testamentos? -

13. ¿Has comprado a sabiendas lo robado? -

14. ¿Has restituido lo robado y reparado el daño ocasionado según tus posibilidades? -

15. Si no lo has hecho ya, ¿estás en disposición de restituir? -

16. ¿Te has aprovechado de la necesidad ajena para sacar el dinero? -

17. ¿Has hecho trampas en las compras o en las ventas? (Aunque lo que se robe cada vez sea poco, puede llegar a pecado grave por acumulación). -

18. ¿Has jugado cantidades grandes de dinero? -

19. ¿Has hecho trampas en el juego? (Tienes que devolver lo ganado con trampa, al perjudicado, o darlo de limosna. Si tienes dudas, pregunta al confesor). -

20. ¿Has pasado monedas falsas o sisado en las compras? -

21. ¿Has retenido dinero de otros, necesitándolo ellos? -

22. ¿Has prestado dinero con usura? -

23. ¿Has faltado a la justicia en tus contratos o negocios? -

24. ¿Cumples tus contratos y compromisos? -

25. ¿Te aprovechas de la ignorancia, debilidad o descuido de otros? -

26. ¿Cumples lo mejor que puedes tus obligaciones profesionales? -

27. ¿Has reparado el daño que has hecho a otro? -

28. ¿Has dado menos salario de lo justo? -

29. ¿Has cobrado más de lo justo? -

30. ¿Exiges dinero por un servicio al que tienes obligación por tu cargo ya retribuido? (Es distinto un regalo hecho libremente por quien está agradecido a tu servicio). -

31. ¿Cobras por servicios que no has desempeñado o desempeñado mal? -

32. ¿Sacas de tu negocio ganancias desproporcionadas? -

33. ¿Cooperas, según tus posibilidades, a la implantación de la justicia social? -

34. ¿Consideras como problema personal tuyo la tragedia de tus hermanos, los padres de familia sin trabajo, y la de todos aquellos que no ganan lo suficiente para sustentar a sus hijos? -

35. ¿Das limosna de acuerdo con tus ingresos o tus gastos superfluos? -

36. ¿Has derrochado en lujos y vanidades lo que a ti te sobra y otros necesitan? -

37. ¿Has cumplido con tus deberes cívicos? -

38. ¿Has pagado sin fraude los impuestos justos, razonablemente determinados por la ley, en cuanto lo permitan tus posibilidades? -

39. ¿Qué uso has hecho de tu tiempo, de tus fuerzas y de los dones que Dios te dio? -

40. ¿Los has puesto al servicio del prójimo cuando te ha sido posible? -

41. ¿Los has usado en superarte y perfeccionarte a ti mismo? -

42. ¿Has tenido pereza y ociosidad?

 

OCTAVO MANDAMIENTO.

 

1. ¿Has mentido con daño grave para el prójimo? -

2. ¿Ha sido una mentira sin importancia? -

3. ¿Has actuado de testigo falso? -

4. ¿Has calumniado, atribuyendo a otros faltas graves falsas? -

5. ¿Has reparado los daños ocasionados por la mentira o la calumnia? -

6. ¿Has descubierto sin justa causa faltas ocultas, aunque sean ciertas? -

7. ¿Has revelado secretos sin razón seria y proporcionada para ello? -

8. ¿Has leído cartas de otros contra la voluntad de éstos? -

9. ¿Te has puesto a escuchar cosas secretas? -

10. ¿Has criticado sin motivo? -

11. ¿Has oído con gusto murmuraciones de otros? -

12. ¿Has dado pie a esas murmuraciones? -

13. ¿Has sembrado discordia entre otros con cuentos y chismes, verdaderos o falsos? -

14. ¿Has dejado mal a tus compañeros delante de otros? -

15. ¿Has exagerado defectos ajenos? -

16. ¿Has tenido medias palabras o insinuaciones, infundiendo sospechas de otros inmerecidamente? -

17. ¿Has dejado de restituir la fama, pudiendo? -

18. ¿Has juzgado mal de otra persona sin fundamento suficiente? -

19. ¿Has comunicado a otros tus juicios temerarios? -

20. ¿Has interpretado mal la conducta del prójimo sin esforzarte por comprenderlo? -

21. ¿Has permitido la murmuración debiendo cortarla? - 22. ¿Has dejado de defender al prójimo, difamado o calumniado, pudiendo con facilidad hacerlo?

 

MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA.

 

(Nota.- Los tres primeros se han incluido en los Mandamiento de la Ley de Dios). 1. ¿Guardas el ayuno y la abstinencia conforme lo manda la Santa Madre Iglesia y según corresponde a tu estado? - 2. ¿Colaboras según tu posición a los gastos del culto y clero, o a obras de apostolado, y a las necesidades de la Iglesia? - 3. ¿Oras por la unidad de los cristianos, la evangelización de los pueblos, y la libertad de la Iglesia para que pueda cumplir su misión entre los hombres?

 

Acto de Contrición

 

Rézalo despacio y de corazón antes de acercarte a confesar

 

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre, y Redentor mío; por ser Tú quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa (golpéate el pecho) de todo corazón de haberte ofendido; también me pesa porque puedes castigarme con las penas del infierno.

Ayudado de tu divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

 

Modo práctico de confesarte

 

Después de hecho el examen de conciencia y rezado de corazón el Acto de Contrición, te acercas al confesionario. Si hay tiempo, y tienes a mano una Biblia sería bueno que leyeses algún pasaje que te ayude al arrepentimiento.

 

Cuando te llegue el turno, te santiguas, te diriges al confesor y, de pie o de rodillas (según sea la costumbre) le saludas diciendo: Ave María Purísima. Él te contestará: Sin pecado concebida. (Ritual de Penitencia, nº 16. 1975)

 

Enseguida dirás con humildad, sinceridad y arrepentimiento: Hace... (el tiempo que haya pasado poco más o menos desde la última confesión) que no me he confesado. Cumplí (o no cumplí) la penitencia. No callé ningún pecado grave (o callé a sabiendas un pecado, dos o tres, etc.). Tampoco me olvidé de ninguno (o me olvidé de estos pecados: díselos al confesor). Desde entonces he cometido los pecados siguientes:: ( Dile los que recuerdes según el orden de los mandamientos, añadiendo siempre las circunstancias agravantes y cuántas veces has cometido cada pecado grave. Si no recuerdas el número exacto, puedes decirlo aproximadamente, por ejemplo, cuántas veces al día, a la semana o al mes.

 

Si, gracias a Dios, no tienes pecados graves, al final puedes decir: «Me acuso también y me arrepiento de todos los pecados de mi vida pasada, principalmente de los que he cometido contra la pureza, paciencia y caridad».

 

Es mejor que te confieses tú solo; pero si no te atreves, dile al Padre que te ayude. Y si, al terminar el confesor de preguntarte, te acuerdas de algún otro pecado grave, díselo tú mismo.

 

No tengas miedo de decírselo todo. El confesor no se extrañará de nada y te guardará el secreto, aunque le cueste la vida. Además, tiene obligación de recibir con cariño y misericordia -como hacía el mismo Jesucristo- a todos los pecadores arrepentidos. Si lo dices todo, te quedará una gran paz en el alma. Si no, el remordimiento no te dejará vivir tranquilo.

 

Si no estás en disposición de confesarte con arrepentimiento de todos los pecados graves que has cometido, es preferible que no te confieses. Si te confiesas mal, no sólo no alcanzarás el perdón de ningún pecado, sino que añades otro terrible, que se llama sacrilegio.

 

Tienes obligación de decir -aunque el confesor no te lo pregunte- todos los pecados graves no confesados todavía o confesados mal. Si callaste algún pecado por olvido, no te preocupes: la confesión vale. Pecado olvidado es pecado perdonado. Basta con que lo digas, si fue grave, en la próxima confesión.

 

Expón al confesor los problemas que tengas para vivir bien tu fe. Atiende a los consejos que el confesor te dé para ayudarte. Si te queda alguna duda, pregúntasela.

 

Fíjate en la penitencia que te impone. Si no sabes o no puedes cumplirla, díselo para que te imponga otra distinta.

 

Mientras el Padre te da la bendición para perdonarte tus pecados, reza el «Señor mío Jesucristo»; y si no lo sabes, golpéate el pecho, diciendo varias veces de corazón: «¡Dios mío, perdóname!»

 

Terminada la confesión, procura cumplirla cuanto antes la penitencia. Si se te ha olvidado, pregúntasela otra vez al confesor. Y si esto ya no es posible, si quieres, puedes hacer lo que en casos semejantes te suelen poner. Pero basta que en la próxima confesión le digas al confesor lo que te ha ocurrido.

 

Si terminaste de preparar tu confesión y tienes todavía tiempo, podrías meditar alguna de estas frases:

 

«Perdóname, que soy un pecador» (Lucas, 18: 13).

 

«Tus pecados quedan perdonados. Tu fe te ha salvado. Vete en paz» (Lucas,7:49).

 

«No vuelvas a pecar más» (Juan, 8: 11).

 

«Yo soy el Buen Pastor» (Juan, 10:11).

 

«Arrojaré tus pecados al fondo del mar»(Miqueas, 7: 19)

 

«Perdonaré su culpa y no recordaré más sus pecados» (Profeta Jeremías, 31:34).

 

«Dios quiere que todos se salven» (Primera Carta a Timoteo, 2: 4).

 

 

P. Jorge Loring

Libro: "Para Salvarte"

Gentileza de aquaetvini

NOTA: La Confesión Electrónica a través de una aplicación de un Celular NO ES ACEPTADA POR EL VATICANO, NO TIENE VALIDES ALGUNA.


Con María, y la soledad de Jesús Sacramentado

 

Con María, y la soledad de Jesús Sacramentado
Hay un sitio en el Sagrario que tiene tu nombre y toda la paz que ansías... y Jesús te espera.

Madre, hoy he venido a visitar a tu Hijo en el Sagrario, pero siento que no soy hoy la mejor compañía. Mi corazón está triste, con una tristeza pesada y gris que, como humo denso, tiñe mis afectos y mis sueños. Siento una gran soledad, no porque Jesús o tu, Madre querida, se hayan alejado de mí, sino que soy yo la que no logra hallarlos.

- Soledad, hija, soledad... Bien comprendemos esa palabra mi Hijo y yo... soledad. Ven, entra con tu corazón al Sagrario y conversaremos un poco. Sé bien que lo necesitas.

- Gracias, María, gracias. Yo sabía, en lo más íntimo del alma, en ese pequeño rinconcito iluminado y eterno donde la tristeza no llega, allí, sabía que podía contar contigo.

Y mi corazón, lento y pesado por mis pecados y olvidos, se va acercando al Sagrario.

Tú estás a la puerta y me abres. ¡Qué deliciosos perfumes percibe el alma cuando está cerca de ti!
Con gran sorpresa veo que, por dentro, el Sagrario es muchísimo más grande de lo que parece y hay allí demasiados asientos desocupados, demasiados...
Me llevas a un sitio, un lugar inundado de toda la paz que anhela mi alma. Noto que tiene mi nombre, ¡Oh Dios mío, mi nombre!. Me duele el corazón al pensar cuánto tiempo lo he dejado vacío.

- Cuéntame, ahora, de tu soledad- me pides, Madre mía.

Pero ni una palabra se atreve a salir de mi boca. Por el bello y sereno recinto del Sagrario, Jesús camina, mirando uno a uno los sitios vacíos... Solo el más inmenso amor puede soportar la más inmensa soledad.
Inmensa soledad que es larga suma de tantas ausencias. Y cada ausencia tiene un nombre y sé, tristemente, que el mío también suma.
Entonces tu voz, María, me ilumina el alma:

- El Sagrario es demasiado pequeño para tanta soledad. Tú no puedes hacer más grande el Sagrario, pero sí puedes hacer más pequeña su soledad.

Tus ojos están llenos de lágrimas y le miras a Él con un amor tan grande como jamás vi.

- Hija, ¡Si supieras cuánto eres amada! ¡Si supieras cuánto eres esperada!. Cada día, cada minuto, el Amor aguarda tus pasos, acercándose, tu corazón, amándole, tu compañía, que hace más soportable tanta espera.

Siento una dolorosa vergüenza por mis quejas. Cada Sagrario, en su interior, es como todos los Sagrarios del mundo juntos. Miro a mi alrededor y veo a muchas personas. Son todos los que, en este momento, en todo el mundo, están acompañando a Jesús Sacramentado.

Cada uno con su cruz de dolor, tristeza, soledad, vacíos, traiciones.. Y Jesús repite, para cada uno de ellos, las palabras de la Escritura “Vengan a Mí cuando estén cansados y agobiados, que Yo los aliviaré” Mt 11,28.

Y me quedo a tu lado, en mi sitio, Madre, esperando a Jesús que se acerca. Me tomo fuerte de tu mano, para no caerme, para no decir nada torpe e inoportuno, muy habitual en mi. Y allí me quedo, y el Maestro sigue acercándose, y el perfume envuelve al alma y ahuyenta los grises humos de mis penas.
Entonces, escucho en el alma tus palabras, Madre:

- Ahora, ve a confesarte.

Sin preguntar nada, sin saber como terminará este encuentro, te hago caso Madre. Me quedo cerca del confesionario, aunque aún no ha llegado el sacerdote y la misa está por comenzar. Pero si tú lo dices, Madre, seguro lo hallaré. En ese momento llega el sacerdote. Como él no daba la misa, sino el obispo, tuve tiempo de prepararme bien para mi confesión, que me dejó el alma tranquila y sin la pesada carga de mis pecados...

Me quedo pensando en Jesús, que venía a acercándose a mí, en el Sagrario. Pero allí me doy cuenta de tu gesto, Madre querida. Tu me ofrecías algo más. Tú me ofrecías el abrazo real y concreto de Jesús en la Eucaristía, y para que mi alma estuviera en estado de gracia para responder a ese abrazo, me pediste que fuera a confesarme.

¡Gracias Madre! Gracias por amarme y cuidarme tanto... ¡Qué hermosa manera de terminar este encuentro con Jesús! ¡Con su abrazo real, bajo la forma del Pan!
La misa ha comenzado. Siento que la soledad del Sagrario es un poquito más pequeña, no mucho, pero sí mas pequeña... Y si mi compañía alivió su soledad, seguro que la tuya, amigo que lees estas líneas, también la aliviará. Y si invitas a un amigo a hacerle compañía... ¡Oh, cuanto podemos hacer disminuir la soledad de Jesús en el Sagrario!¡Cuánto puede Él, en su infinita Misericordia, colmar nuestras almas de paz!

Hay un sitio en el Sagrario que tiene tu nombre y toda la paz que ansías... y Jesús te espera, diciéndote “Ven a Mi, cuando estés cansado y agobiado, que Yo te aliviaré”

Amigo, nos encontramos en el Sagrario.

 

Autor: Maria Susana Ratero | Fuente: Catholic.net

 

NOTA de la autora: "Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón y en mi imaginación por el amor que siento por ella, basados en lo que he leído. Pero no debe pensarse que estos relatos sean consecuencia de revelaciones o visiones o nada que se le parezca. El mismo relato habla de "Cerrar los ojos y verla" o expresiones parecidas que aluden exclusivamente a mi imaginación, sin intervención sobrenatural alguna."


¿Puede un sacerdote revelar algún secreto de confesión?

 

La Iglesia Católica declara que todo sacerdote que oye confesiones está obligado a guardar un secreto absoluto sobre los pecados que sus penitentes le han confesado, bajo penas muy severas. Tampoco puede hacer uso de los conocimientos que la confesión le da sobre la vida de los penitentes.

 

El Código de Derecho Canónico, canon 983,1 dice: «El sigilo sacramental es inviolable; por lo cual está terminantemente prohibido al confesor descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo».

 

¿No hay excepciones?

 

El secreto de confesión no admite excepción. Se llama "sigilo sacramental" y consiste en que todo lo que el penitente ha manifestado al sacerdote queda "sellado" por el sacramento.

 

Un sacerdote no puede hablar a nadie sobre lo que se le dice en confesión. Aun cuando él supiera la identidad del penitente y posteriormente se encontrara con él no puede comentarle nada de lo que le dijo en confesión, a menos que sea el mismo penitente quien primero lo comente. Entonces y sólo entonces, puede discutirlo sólo con él. De lo contrario debe permanecer en silencio.

 

¿Cómo se asegura este secreto?

 

Bajo ninguna circunstancia puede quebrantarse el “sigilo” de la confesión. De acuerdo a la ley canónica, la penalización para un sacerdote que viole este sigilo sería la excomunión automática (Código de Derecho Canónico, canon 1388).

 

El sigilo obliga por derecho natural (en virtud del cuasi contrato establecido entre el penitente y el confesor), por derecho divino (en el juicio de la confesión, establecido por Cristo, el penitente es el reo, acusador y único testigo; lo cual supone implícitamente la obligación estricta de guardar secreto) y por derecho eclesiástico (Código de Derecho Canónico, canon 983).

 

¿Y si revelando una confesión se pudiera evitar un mal?

 

El sigilo sacramental es inviolable; por tanto, es un crimen para un confesor el traicionar a un penitente ya sea de palabra o de cualquier otra forma o por cualquier motivo.

 

No hay excepciones a esta ley, sin importar quién sea el penitente. Esto se aplica a todos los fieles —obispos, sacerdotes, religiosos y seglares—. El sigilo sacramental es protección de la confianza sagrada entre la persona que confiesa su pecado y Dios, y nada ni nadie puede romperlo.

 

¿Qué puede hacer entonces un sacerdote si alguien le confiesa un crimen?

 

Si bien el sacerdote no puede romper el sello de la confesión al revelar lo que se le ha dicho ni usar esta información en forma alguna, sí está en la posición -dentro del confesionario- de ayudar al penitente a enfrentar su propio pecado, llevándolo así a una verdadera contrición y esta contrición debería conducirlo a desear hacer lo correcto.

 

¿Las autoridades judiciales podrían obligar a un sacerdote a revelar un secreto de confesión?

 

En el Derecho de la Iglesia la cuestión está clara: el sigilo sacramental es inviolable. El confesor que viola el secreto de confesión incurre en excomunión automática.

 

Esta rigurosa protección del sigilo sacramental implica también para el confesor la exención de la obligación de responder en juicio «respecto a todo lo que conoce por razón de su ministerio», y la incapacidad de ser testigo en relación con lo que conoce por confesión sacramental, aunque el penitente le releve del secreto «y le pida que lo manifieste», (cánones 1548 y 1550).

 

¿Aunque contando el secreto el sacerdote pudiera obtener algo bueno para alguien?

 

El sigilo sacramental no puede quebrantarse jamás bajo ningún pretexto, cualquiera que sea el daño privado o público que con ello se pudiera evitar o el bien que se pudiera promover.

 

Obliga incluso a soportar el martirio antes que quebrantarlo, como fue el caso de San Juan Nepomuceno. Aquí debe tenerse firme lo que afirmaba Santo Tomás: «lo que se sabe bajo confesión es como no sabido, porque no se sabe en cuanto hombre, sino en cuanto Dios» (In IV Sent., 21,3,1).

 

¿Y si otra persona oye o graba la confesión y la revela?

 

La Iglesia ha precisado que incurre también en excomunión quien capta mediante cualquier instrumento técnico, o divulga las palabras del confesor o del penitente, ya sea la confesión verdadera o fingida, propia o de un tercero.

 

¿Y en el caso de que el sacerdote no haya dado la absolución?

 

El sigilo obliga a guardar secreto absoluto de todo lo dicho en el sacramento de la confesión, aunque no se obtenga la absolución de los pecados o la confesión resulte inválida.

 

Fuente: Fe y Familia